viernes, 3 de julio de 2009

Navidad en Grenoble

El viaje continuó más tranquilo con Anna y un amigo de ella hasta Grenoble, donde viven sus padres y su abuela, los queridos Landau.

Pasamos una navidad típica en familia:

Mucha comida rica pero la estrella de la noche fueron "les escargots" (los caracoles) en una salsa de perejil y demás especias. Deliciosos!

No faltaba más, se sirven en sus platitos especiales.



Aquí en detalle para los más impresionables

Hermanita: No te tienta?


Más tarde vino toda la parafernalia de los regalos e ilusión para los más pequeños, que luego comentaban el curioso parecido de Papá Noel con la tía Anna. Jejeje.

El más contento de todos era Andrei que se jactaba de ser el que más regalos recibió y armó una torre con ellos para demostrarlo.

Decía: Regardez! Regardez mon tour de cadeux! Un aparato.


Grenoble es una ciudad que me hizo acordar a Mendoza. Tiene uno de los aires más contaminados de Francia y se debe, entre otras cosas, como en Mza, a la geografía ya que está rodeada por los alpes.

La vista desde la altura es bellísima

Hasta aquí subimos caminando.


Las montañas nevadas del fondo son Chamrousse el centro de ski.


Postal típica del téléphérique de Grenoble. Abajo el centro histórico.


Y ya que estábamos. ¿Porque no darnos el lujo de un día de snowboard con la multifacética Anna?



Grande Anna!


Sin palabras


Tuve pocas noches de boliche hasta el amanecer pero aquellas son inolvidables.



Esa misma mañana partí hacia París en un auto compartido ("covoiturage" se llama en Francia).
El punto de encuentro fue la estación de trenes, y además del abrazote de Anna me quedé con esta última imagen: El reflejo de la primer montaña que habíamos escalado.