Encuentro Argentino en Stuttgart (15-17.08)

En Stuttgart lo mejor que me pasó fue encontrarme con un argentino de San Juan en el Markthalle (como un mercado central).














Me olía que había un argentino por acá.
Jule: Que negoción la empanada! Oder?

Javier tiene un puesto ahí desde hace un tiempo de fiambres, vinos y algunos productos argentinos, antes trabajaba en otro puesto de italianos y hace 18 años que vive en Alemania. Además de las empanadas, y la bandera que vi luego, se reconocía por la sonrisa en la cara y la simpatía, dificil de encontrar por estos lares. Hablamos de todo un poco, dijo que jamás se iba a adaptar a Alemania pero que ya tampoco podría vivir en Argentina. Luego le compré un sandwich y me invitó una Quilmes.
Cuando se acercaba alguien lo recibía con un saludo efusivo o les ofrecía cualquier cosa diciendo que estaba muy buena. La mayoría de los alemanes se espantaban sin pronunciar palabra o sin siquiera levantar la vista. También se puede chamuyar en Alemán.

Esa noche fui a un verdadero Kneipe (Bar) alemán y me tomé medio litro de 3 tipos diferentes de cerveza. Me encantó (y ahora tomo siempre) la Hefeweizen Bien, de levadura de trigo. Pero lamentablemente 1,5l de esa cerveza equivale a un asado de cerdo.

Entendimiento del idioma alemán (entre los muchachos): 50%

Mi último evento en Baden Württemberg, la provincia, fue otro casorio de dos alemanes. Igual de estructurado que el anterior pero sin un mínimo acto de espontaneidad. Más aburrido que chupar clavos, como los novios, que estuvieron tan preocupados por bailar bien el Walz que ni siquiera lo disfrutaron... pasaron horas practicándolo en casa. Por suerte hay muchas excepciones y los quiero mucho!

Qué grrrrrandes estos alemanes... y los argentinos.